Alicante

Gabino Diego:"La batalla de cada día en el teatro es mágica"

CULTURA

Entrevista
Gabino Diego protagoniza 'El intercambio' con la que clausura la VI Mostra de l'Alfàs del Pi. E.M.

Clausura la VI Muestra de Teatro de l'Alfàs del Pi, donde recibe el premio de honor del festival

A Gabino Diego le gusta lo analógico del teatro frente a un mundo cada vez más tecnológico y digitalizado. No elige entre cine y teatro sino que se queda, siempre siempre «con los buenos papeles». Considera los premios una muestra de «cariño» y una prueba de que «puedes continuar con lo que haces» pero para él (como para la mayoría de los actores) el premio bueno, el realmente importante es el «aplauso del público». Este domingo recibirá el Pi d'Honor que entrega la Sexta Mostra de Teatre de L'Alfàs del Pi donde protagonizará la clausura con su obra El intercambio. Una disparatada comedia donde nada sucede como estaba planeado. Charlamos con él, de su trabajo, de su obra y de la magia del teatro.

Clausura hoy la Sexta Mostra de Teatre de L'Alfàs del Pi con la obra El intercambio ¿qué intercambia?
El punto de partida es un matrimonio, Eva y Jaime, en el que la mujer le regala al marido un intercambio de parejas por sus 15 años de casados. Jaime piensa que va a estar con una brasileña preciosa y que su mujer, y esto le encanta, estará con un hombre más bien feo. Ese es el planteamiento pero cuando llegan hay sorpresas y todo se convierte en una pesadilla para Jaime. El intercambio es una función escrita por Ignacio Nacho, de la que se ha hecho incluso una película, y cuando nos llegó el texto a todos los que participamos nos pareció muy fresco y muy ingenioso.
En esta obra le acompaña Teté Delgado. ¿Cómo es trabajar con ella? ¿Es tan divertida como parece?
Es una mujer muy divertida, muy cariñosa y muy generosa. Trabajar con ella es una delicia. Ya nos habían ofrecido antes trabajar juntos y ha sido fantástico que sea ella haga el papel de la mujer.
Además con un cartel de secundarios de auténtico lujo...
Yo siempre digo que hay un all star de comedia porque son todo actores que dominan mucho el género. Está también Ignacio Nacho que hace de vendedor de biblias, Rodrigo Poison, Natalia Roig y ahora tenemos como estrella a Pablo Puyol que hace un papel muy divertido. Todos los que nos acompañan en la función son maravillosos. Nos dirigió Juan José Alfonso al que la gente recordará por obras como La Cena de los Idiotas y estamos muy contentos.
Vendedores de biblias en un intercambios de parejas... Las situaciones divertidas están garantizadas.
La función no habla del intercambio de parejas, solo es un punto de partida, pero está llena de sorpresas y de giros. Constantemente te estás riendo. Además los diálogos tienen un punto surrealista que es el mundo de Ignacio Nacho que se traslada a unas conversaciones muy especiales. La gente se ríe desde el minuto uno en el que aparecemos nosotros hasta el final.
Después de su paso por la Mostra de L'Alfàs y de recoger el Pi d'Honor, ¿sirven los premios para algo? ¿Hay que creérselos?
Decía Fernando Fernán Gómez cuando le dieron el Fotogramas de Plata que cuando era joven y le daban premios eso quería decir que podía seguir en esto y que cuando se los daban de mayor significaba que se seguía manteniendo. En este caso me hace mucha ilusión que me lo den en L'Alfàs del Pi porque tengo muy buenos recuerdos de allí. Me gusta mucho toda la zona de Las Marinas Alta y Baixa y me parece que tiene una energía maravillosa. Estuve en el segundo Festival de Cine de L'Alfàs y he participado también como jurado. Recuerdo momentos preciosos con Sazatornil presentando la película Ovejas Negras durante la semana que estuvimos allí. He vivido momentos muy bonitos independientemente de que ahora me den un premio por el teatro. Me gusta porque yo empecé en el teatro aunque he hecho más mi carrera en el cine, pero llevo mucho tiempo haciendo teatro y me gusta mucho así que estoy muy contento de recibir este premio en L'Alfàs.
El siguiente premio ¿podría ser el Faro de Plata de este Festival de Cine?
Los premios son cariño. El autentico premio es poder seguir en esto, trabajando de actor con esta función y con la próxima que haya después y seguir viajando por toda España haciendo teatro. Siempre digo que el premio es que te den un buen papel, que la función salga bien y conecte con el público. Al final el premio de verdad es el aplauso, lo otro es cariño.
¿Qué tiene el teatro que no te ofrezca el cine y viceversa?
A mí lo que me gusta es actuar. Una vez le pregunté a Charo López qué contestaba ella ante esta misma pregunta y me dijo que respondía que lo que quería eran buenos personajes, pues yo igual. El teatro tiene algo mágico. Es la batalla de todos los días, sacar adelante la función, se apagan las luces y salen los actores y cada día es distinto porque la energía es distinta y el público no es igual. Siempre hay algo de sorpresa. El cine, como decía Closas, es «una función de pedacitos». Cada día ruedas un trocito y al final lo decide todo el director en la sala de montaje. Pero lo bueno que te permite el cine es que puedes estar viendo cómo actúas en Bulgaria o en Japón cuando tú estás en Madrid.
¿En la era digital donde cada vez tenemos más interiorizadas las nuevas tecnologías, el teatro que es algo puramente analógico ¿resistirá?
Espero que sí. Soy de la generación de comprar vinilos pero lo veo en mi hija que está siempre con el móvil. Me resisto un poco a todo lo de las tecnologías pero, por otro lado, es maravilloso porque ahora mismo tiene uno acceso a cosas que no tenía antes. Tienes la posibilidad de aprender cosas, y para mí, que siempre he sido muy curioso, de acceder a cocimientos de manera más fácil aunque eso no sé a dónde nos puede llevar.