Gabino Diego: “No tengo un cosmético indispensable. ¿Para qué?”

Lo que más admiro de una persona es la generosidad. Me gusta la gente desprendida. Luego también la fidelidad y la amistad”.

¿Y a quién le das un 10?
Fernando Fernán Gómez era un tío 10. A nivel profesional, nadie duda de sus méritos, pero a nivel personal era espléndido.

¿Y una mujer 10?
La mujer, de por sí, es generosa; gracias a ellas existe la raza humana, y son superiores a los hombres. Me gustan las mujeres capaces de perdonar y aquellas que se llevan muy bien con los hombres. Si tengo que mencionar a una, Beatriz Rico. Pero tengo muchas amigas, de hecho, tengo más amigas que amigos.

Tus armas de seducción.
Los actores somos seductores; siempre tratamos de gustar, estar bien ante la cámara, hacer reír… No he tenido la capacidad, como otros, de entender bien a las mujeres, pero siempre trato de ser yo mismo

Te retocarías en Photoshop…
Nada, si no, no sería yo.

¿Cómo defines tu estilo?
Busco la comodidad; puedo ir con un chándal o cualquier cosa. Sí tengo un punto de presumido, pero no lo soy tanto como Arturo Fernández.

Un cosmético indispensable.
¡Ninguno! ¿Para qué? 

¿Cuándo comes hasta morir?
Disfruto comiendo y me gusta todo, desde una pizza o kebab hasta la comida más sofisticada.

¿Y alguna vez estás a dieta?
Yo nunca engordo, pero hubo una vez que, estando de gira, cogí kilos. En España, vayas donde vayas, se come increíble. Fue gira teatral y gastronómica.

El deporte supone…
Es importante para sentirte más vivo. Ahora, para mi edad (48), el mejor deporte es caminar. Me gusta mucho hacer senderismo e ir con mis perros.  Es una forma de meditación. 

El mejor regalo es…
Una buena recomendación o un libro, pero dedicado. La dedicatoria es un acto de amor.

¿Qué te da pudor?
Cuando publican una entrevista mía y ponen algo que no he dicho. Es lo que más vergüenza me puede dar. Me ha pasado y me he enfadado

¿Qué te hace reír mucho?
A veces me río de mis fracasos pasados, que en su momento me dejaron hecho polvo. Quizá es un mecanismo de defensa. 

Momento “tierra trágame”.
Con 16 años hice mi primera entrevista para una revista, donde salía una foto horrible con la actriz con la que trabajaba y hablaban de mí como “el niño”. La palabra niño me sentaba fatal. Habría recorrido los quioscos arrancando esas páginas.

¿Qué te emociona?
Los actos de generosidad.

Dejarías por un buen libro…
¡Cualquier cosa! He estado enganchado a libros como “El guardián entre el centeno”, “La conjura de los necios”... O con cualquiera de Javier Tomeo.

Cómo quieres ser recordado.
Como una buena persona que no hizo daño a nadie.

¿Estás satisfecho con ese sello?
Me siento afortunado. Yo fui muy mal estudiante, siempre me echaban de los colegios, y me decía: “¿Qué será de mi vida?”. Ahora echo la vista atrás y veo que he hecho cosas interesantes.

Encontraste tu vocación…
Sí, y eso que no venía de una familia de actores y no me entendían. Y siguen sin entenderme.

Y demostraste enseguida que tenías talento…
Sí, aunque cuando empecé tuve más fracasos que éxitos. De hecho quise tirar la toalla a los 19 años y me fui a Australia. Pero me llamaron para hacer “El viaje a ninguna parte”. Dios o lo que sea quiso que volviera

Un día que te cambió la vida.
El nacimiento de mi hija hace 19 años. Confieso que me “dio cague”; si no era capaz de cuidarme a mí mismo, cómo iba a ser capaz de cuidar a otra persona.

¿Con qué pierdes la paciencia?
Cuando en el trabajo la gente no se implica tanto como yo.

De no ser actor, ¿qué serías?
Por ejemplo, guía turístico, porque me encanta viajar.

Hablarías horas con…
Con cualquier persona interesante, pero que puede ser desde alguien emblemático a un taxista, un pastor…

Elige un superpoder.
Poder ayudar a la gente.

Un recuerdo imborrable.
Vamos coleccionando recuerdos, sensaciones… Un ejemplo: cuando descubrí a The Beatles o Elvis Presley.

Un lema de vida.
Mantener viva la curiosidad y la ilusión, como cuando eras niño. Seguir soñando siempre. 

Las redes sociales suponen…
Estoy un poco desconectado. Me da miedo lo rápido que va todo y, además, yo soy de la generación del vinilo.

Este verano recorre España con “Nuestras mujeres” junto a Antonio Garrido y Antonio Hortelano (del 5 al 9 de agosto en San Sebastián, el 16 en el Festival de Teatro de La Granja y el 2 de septiembre en el teatro La Latina de Madrid): “Es una gran obra; hay comedia, ternura y drama. Es una crítica a la falsa amistad que a veces hay entre hombres”. Además, acaba de rodar “Nuestros amantes”: “Me he sentido raro; es un papel muy distinto. Soy el seductor; dejo a Michelle Jenner por Amaia Salamanca”, dice con humor.